viernes, 29 de mayo de 2015

Un compás añadido...

    No he llegado a tenerte entre mis brazos, ni siquiera llegué a sentir patadas en mi vientre, sólo te ví una vez latir dentro de mí y sin embargo te he querido y te quiero como si estuvieras aquí. Has despertado en mí mil ilusiones, con sólo once semanas de saber de ti.

      Para todas las mujeres la maternidad es una palabra que debería escribirse en mayúsculas pero sin embargo para mí y para otras muchas debería escribirse en mayúsculas, negritas, subrayada y con signos de exclamación. Conseguir mi objetivo de ser madre no fue camino fácil, largo o corto, eso da igual, no fue fácil, pero lo conseguí con creces con mi primer hijo. Entonces entendí lo que era amar a alguien de verdad. Al año aproximadamente de tener a mi precioso bebé, me enteré de la mejor noticia inesperada que podía tener, volvía  a estar embarazada y nació mi querido milagrito sano y fuerte y hecho un bichillo, pronto nos robó el corazón a todos igual que había hecho su hermano tan buscado y deseado.

       Como dice la canción la vida te da sorpresas y volví a ver un positivo en un test de embarazo, un descuido maravilloso. ¡Quién me lo iba a decir a mi después de todo lo pasado para conseguir mi primer hijo!, el segundo un milagro y ¿¿ahora esto?? ¡¿Como puedo tener tanta suerte de que me vuelva a pasar?!. Como he dicho la vida te da sorpresas, unas maravillosas y otras no tanto y este tercer embarazo ha acabado pronto porque según dicen la naturaleza es muy sabia, y yo añado que también muy cruel, pero hay que conformarse.

         Cuando tienes un hijo y te vuelves a quedar embarazada te entran  muchos miedos, ¿irá todo bien? ¿nacerá sano? ¿seré una buena madre?, etc etc etc y  a estos miedos se le añade el de ¿y lo voy a querer tanto como al primero? Pues para todos aquellos que han tenido la suerte de tener un segundo hijo la respuesta es muy fácil, se quiere totalmente igual, cada uno por sus cosas, pero el mismo amor. Si encima tienes la suerte de quedarte embarazada por tercera vez, vuelves a repetir los dichosos miedos e incertidumbres sin embargo la pregunta de si lo vas a querer igual que al primero y al segundo ya no te la planteas, porque con  tú segundo hijo has aprendido lo fácil que se hacen un huequito en el corazón y puedes sentir el mismo gran amor.

       No has nacido pero te quiero igual, simplemente saber que estabas dentro de mí me llenaba de vida. Sé que esto es un proceso y que tengo que pasar por todas las fases, llorarte y enfadarme, pero sé que el dolor se mitigará aunque mi amor por ti nunca lo hará. Tú corazón se detuvo pero el mío sigue latiendo fuerte y con un compás añadido gracias a ti. Quizás tenga la suerte de vivir otro embarazo o quizás no, pero sí que he tenido la suerte de volver a sentir vida en mi interior  y amor a ciegas e ilusiones que jamás nadie me podrá robar. Me quedo con lo positivo porque así es como hay que sentirlo y así es como he decidido vivirlo yo.

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